Introducción
La historia que la humanidad ha escrito sobre sí misma desde hace tiempo, siempre ha estado marcada por elementos contextuales y sociales que permiten la perduración o el cambio de sistemas sociales acordes que permitan la reproducción de la vida colectiva.
No obstante, es menester mencionar que dichos contextos cambian con el tiempo. Así se vuelven históricos. Hoy, la sociedad actual se encuentra en un proceso de reconfiguración consecuente con la fase actual del capitalismo, es decir la globalización. Esta fase tiene como objetivo redelinear las funciones de los Estados-Naciones a partir del eje económico; si bien, el Estado-Nación surgió como un ente encargado de preservar y salvaguardar el interés común a partir de su incursión en partes funcionales y administrativas de la vida social, lo cierto es que, ahora se está delimitando a ser un garante del desarrollo libre y sin consecuencias del capital en su modo financiero-especulativo.
Además de esto, la globalización se ha encargado de mercantilizar diversos ámbitos que, hasta hace poco, se mantenían en el dominio exclusivo de los individuos que se diferenciaban de otros grupos sociales a partir de su Lebenswelt. La cultura, por ejemplo, se encuentra actualmente dentro de los ámbitos donde el ciclo de acumulación se desarrolla de una manera rápida e impositiva. Las culturas y cosmovisiones del mundo se están cuestionando y criticando desde Occidente con el fin de refutarlas y asimilar la “nueva y consensada” cultura mundial; dicha cultura se afirma como nueva, diversa y consensuada, cuando en realidad es vieja, uniforme e impuesta.
Y no sólo es esto. El sistema actual predominante a nivel internacional está exacerbando las bondades que genera, al mismo tiempo que exaspera a los individuos con sus hostiles formas de producir y reproducir dichos beneficios. En este sistema debe haber pobres para que haya ricos, debe haber desigualdad para poder buscar la mejor manera de erradicarla, debe haber personas con hambre para que busquen un trabajo y puedan (sobre)vivir.
La re-delimitación de las funciones tanto del Estado como el de los individuos está generando que las clases sociales se disipen y se clasifiquen en dos “nuevas” categorías: capitalistas y excluidos. Ha eso se resume todo este proceso de desarrollo y reconfiguración sistémica.
En este sentido, gran parte de los excluidos han entendido que tienen dos opciones: la primera es seguir manteniendo el sistema y con él a los capitalistas (revestidos ahora bajo el nombre de empresarios o emprendedores), mientras que la segunda opción se establece como una alternativa en función del sistema y la correlación de fuerzas dentro de movimientos alternativos que permitan una reconfiguración de las relaciones sociales dentro del trabajo.
El movimiento cooperativista tiene este propósito. Aunque su comienzo se establece en 1844 en Rochdale, Inglaterra, lo cierto es que este movimiento se ha mantenido e incluso ha crecido en números relativos y absolutos. La idea grosso modo de este movimiento es generar las condiciones contextuales ideales para que los individuos tengan una vida digna.
Lo anterior, hace que dicho movimiento se vuelva emancipador en relación al que se ejerce actualmente. No obstante, el proceso de reconfiguración que este movimiento asume, hace que encuentra fácilmente enemigos contextuales e históricos que no permiten concretar el proceso de “reestructuración”.
Como todo movimiento, el cooperativismo no sólo posee la parte emancipadora en práctica y discurso, sino que establece una serie de detonantes que propician de una manera más rápida su aplicación y apropiación. Surge así la propuesta de una economía diferente, es decir, la Economía Social. Ésta se desarrolla a partir de la idea del bienestar colectivo y de la supremacía del humano sobre el capital.
El movimiento cooperativo ha tenido una capacidad de adaptabilidad impresionante, es decir, actualmente las cooperativas se encuentran en cualquier Nación, independientemente del régimen que ejerza o incluso el discurso religioso que predomine; ha demostrado que la acumulación de la riqueza no es lo más importante ya que gracias a esa riqueza se está destruyendo el propio hombre.
La inferencia anterior será nuestro el tema a desarrollar en este trabajo. Se analizará el caso del movimiento cooperativo en México, así como una mención general de las bases, principios y retos que actualmente enfrenta.
Esta es la parte 1, sigue al pendiente para la continuación.
Fragmento del post "EL COOPERATIVISMO EN MEXICO"
https://iberoamericasocial.com/cooperativismo-mexico-una-alternativa-analisis/
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